2 puentes en Calahorra (concurso)

Calahorra
Fecha de proyecto: 2004

Características
La pasarela del Santuario Virgen del Carmen, situada en una zona donde están varios de los elementos simbólicos más importantes de la ciudad, es una gran oportunidad para que Calahorra muestre los valores que defiende como referencia para su futuro: modernidad, armonía y recuperación histórica.
Proponemos una pasarela que se acople a la realidad existente mejorando y armonizando su entorno.
En vez de imponerse como una nueva forma, un nuevo grito en el alboroto actual, la pasarela debe tratar de fundirse con el bello medio natural que le rodea, creando un lugar tanto para el paseo como para la contemplación del río y de la cornisa de Calahorra.
La tecnología más puntera no es la que más aparenta, sino la que se oscurece para que se muestre lo verdaderamente importante: el río, la Catedral, la cornisa arquitectónica, los árboles del Parque.
Creemos que añadir otro elemento artificial de fuerte carácter, con una sobre estructura atirantada o arqueada es un grave error para la ciudad, que no aporta ni singularidad ni excelencia a Calahorra. No creemos que este sea el lugar para insertar una pasarela de catálogo.
Se plantean por tanto unas originales estructuras en lámina plegada, que dan continuidad espacial a las dos riveras, tratando a la vez de unir y crear un cruce de ambas márgenes en vez de colocar un elemento ?entre? las dos márgenes. Nuestra propuesta establece un nexo de unión, no una pieza entre ambas orillas. Se crea así un lugar que pertenece, conceptual y espacialmente, al parque y al camino, no un lugar donde acaba el parque.

La posición de centralidad y de fachada que ocupa la planta de hormigonado obligará a su traslado, tarde o temprano, por ello se ha planteado con nuestra propuesta la integración y la actuación en esa zona dando continuidad al parque al otro lado del río, hasta el puente de la carretera nacional. Desde nuestro punto de vista es obligatorio realizar cuanto antes el traslado de la planta de ?Hormigones Calahorra? que ocupa uno de los lugares más emblemáticos e importantes, y desde donde se contempla una vista más impresionante de la Catedral.

La pasarela plantea la conexión del paseo del Parque a cota baja en la margen izquierda del río y en cota alta en la margen derecha. De esta forma la pasarela se convierte en una rampa-plataforma que resuelve el desnivel del acceso al Santuario de la Virgen del Carmen.
Esta posición ladeada obtiene algunos beneficios más, como permitir la continuidad de los dos paseos de rivera, sin afectar al Parque, que puede permanecer prácticamente con la geometría de las praderas que lo cubren hoy día.
Su peculiar forma permite también la proximidad del arbolado de rivera, e incluso que este arbolado ?atraviese? la pasarela surgiendo en su interior (en los patios de la pasarela), con lo que se consigue, que en varios tramos, los árboles nos ofrezcan su sombra durante el camino por la pasarela.

El resultado debido a sus cuatro apoyos a diferente altura es un objeto con un fuerte carácter zoomorfo, una pieza que se ha posado sobre el río, como si fuera un enorme ?zapatero? o ?sastre? (insecto hemíptero, heteróptero), del tamaño de un dinosaurio que posteriormente se hubiera dejado a merced del tiempo.
El respeto a los árboles de rivera, dejando que se acerquen y ?atraviesen? la pasarela, dejando que sus hojas en otoño caigan sobre la pradera y el camino que la cruza, ofrecerá un gran número de visiones poéticas y evocadoras a lo largo de las estaciones.

Se trata de una pasarela que responde a este lugar tan especial, que surge de la reflexión sobre cómo debe ser, y cuyo resultado formal no puede trasladarse directamente a otro lugar, a otra ciudad.
La unión del trabajo con la tierra, mediante los ligeros movimientos ondulados, y la alta tecnología que exigen las pasarelas ofrecen una expresión contundente que queremos vincular a intervenciones de land-art.

Se propone un uso mínimo de materiales. Se trata de un elemento continuo, una lámina estructural de espesor constante, con dos pieles diferentes, una de acero corten y otra de pradera. Esta lámina es quebrada mediante un juego de plegamientos y cortes, para conformar la estructura y dar continuidad a las praderas adyacentes. Todo el proceso proyectual se desarrolla con esas únicas leyes.
La piel metálica se compone de una sucesión de grandes dovelas prefabricadas en taller y soldadas en obra para su montaje conjunto posterior sobre el río. Estas piezas forman la estructura principal y desempeñan la función portante. Aunque de carácter metálico las características de este material, cuya película oxidada protege a la capa interior, harán que la textura y el color cuero se impongan al cabo de un cierto tiempo. Es un color que entona perfectamente con el color predominante rojizo de la Fachada urbana de Calahorra.
La piel interior tiene un carácter mucho más acogedor, envolvente, tanto por el material de que se compone: praderas, como por la relación visual que genera.
El encuentro de las dos pieles de la pasarela (acero corten, frío y duro y césped, mullido y acogedor) se resuelve nítidamente con la definición del peto y del camino de piedra rojiza que la recorre, por un pliegue del material en los bordes interiores.
El cuerpo de la lámina entre las dos pieles se compone de elementos que fijan la pradera mediante georedes y dotan a la lámina de una estructura esponjosa que permite, junto al peto, el paso de instalaciones y servicios, a la vez que disminuye las cargas.
El uso de materiales con colores complementarios verde-rojo permitirá que las bandas estructurales que forman los petos aparezcan visualmente aún más ligeras y livianas.

Todo el movimiento de tierras, y los estribos, se recubrirán con soluciones de tierra armada de georedes, que son soluciones conocidas, fiables y duraderas para intervenciones en ingeniería civil.
La pradera de los puentes se reforzará también con georedes, lo que proporciona una gran protección permanente contra el desgaste.

Se propone una iluminación mediante sistemas de fibra óptica integrada en los petos y el pavimento que ofrecen iluminación suficiente para el balizamiento, niveles de iluminación propios de zonas peatonales, y permiten un bajo mantenimiento, ya que se coloca un generador con lámpara únicamente cada aproximadamente 12 metros, en vez de una lámpara cada 1-2 metros. Además esta solución permite reducir o evitar el contacto del paseante con elementos eléctricos.

Se ha planteado como un factor decisivo del Proyecto el estudio de la posible evolución natural de la pasarela a lo largo del tiempo.
Sin duda, la visión del puente de Santa María sobre el río Cidacos tiene la fuerza de hacernos entender cómo evolucionarán las obras del hombre abandonadas a los procesos naturales, como las contenciones del río. La propuesta que se ofrece quiere unirse a las fuerzas de la naturaleza y usarla para el disfrute de los ciudadanos en vez de oponerse a ella mediante costosos mantenimientos.
Se trata de ofrecer a Calahorra una pasarela que será única, nueva, de última tecnología en lo que al cálculo, la construcción, y la incorporación de materiales se refiere, y que, al mismo tiempo, a un visitante ocasional le parezca que es una pieza que lleva construida e integrada en ese lugar muchos años, tantos que tiene la misma patina que su entorno.
Una pieza que ofrece su cruce sobre el río y una nueva visión de Calahorra.

Se trata de unas pasarelas únicas. No existen o no conocemos pasarelas cubiertas de césped como las que proponemos, y sin duda serán celebradas por su novedad, ya que ofrecen una imagen muy singular con un muy bajo contenido formal, con muy baja imposición de la forma estructural, ya que trabajan con la tierra y la máxima tecnología.
Una pasarela verde para la ciudad de la verdura.

Arquitectos: Lorenzo Fernández-Ordóñez